Antonio
Machado – Cantares
Todo pasa y
todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo
caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca
perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres
mi canción.
Yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y
gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta
verlos pintarse de sol y grana,
volar bajo el cielo
azul,
temblar súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la
gloria…
(hasta aquí ya lo hemos hecho en clase, seguimos a continuación en el mismo folio)
Caminante,
son tus huellas
el
camino y nada más;
Caminante,
no hay camino,
se
hace camino al andar.
Al
andar se hace el camino,
y
al volver la vista atrás
se
ve la senda que nunca
se
ha de volver a pisar.
Caminante
no hay camino
sino
estelas en la mar.
Hace algún
tiempo en ese lugar,
donde hoy los bosques se visten de
espinos,
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no
hay camino, se hace camino al andar».
Golpe a golpe, verso a
verso…
Murió el
poeta lejos del hogar,
le cubre el polvo de un país vecino,
al
alejarse, le vieron llorar:
«Caminante, no hay camino, se hace
camino al andar»
Golpe a golpe, verso a verso…
Cuando el
jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un
peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar:
«Caminante no
hay camino, se hace camino al andar»
Golpe a golpe, verso a
verso…